La lluvia en esta noche ha mojado mi ventana.
La soledad, tediosa, silencia mi palabra
y siento un frío intenso que todo me taladra.
¡Señor! Deja que duerma para estar bien mañana.
Bórrame, en esta noche el abismo de hielo
que aprisionó en su fondo cada estrella.
Dame una luz que pueda iluminar mi huella
y que el acoso de sombras sea un pálido velo.
Esta noche de invierno es como tantas otras.
Fantasmas se acicalan merodeando mi cama.
Y la tribu de miedo que siempre me acorrala.
Ya no puedo vencerla porque el valor me falta.
Peregriné Señor, caminos en mi vida
y se robó la bruma mi huella al caminar.
Sentí que la tierra lloraba por mi herida.
Vi desde mi horizonte, cómo un rayo de luna
salió desde su esfera y me vino a alumbrar.
Pero, yo estaba sóla y si entonces fui feliz,
no lo pude contar…
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